15 de abril de 2007

Doble o nada

Fuimos como amantes llevando una doble vida.

Escogimos una ciudad.
Mejor en una isla, así nadie nos puede alcanzar.
Lejos de tu casa y de la mía,
lo único conocido sería tu mano reposando en mi espalda,
como antes,
como siempre.

Tu llegaste primero.

La recepcionista se sorprendió al verme más tarde,
seguramente cabilando mil hipótesis,
y posiblemente lejos de la verdadera realidad.

Y emprendimos el viaje,
El viaje del reencuentro: de la memoria de una piel,
del sabor de un beso, del escalofrío de una caricia.
Y el viaje hacia lo nuevo de la mano de lo que más buscábamos.

Y en ese momento hubiésemos deseado que el viaje no tuviese fin.
Porque al igual que los amantes,
sabíamos dónde estaba el punto final
Conocíamos nuestras limitaciones,
y no queríamos aceptarlas.

Intentamos sobrepasar las restricciones,
nada ni nadie nos podía parar.
En un momento la ciudad fue nuestra,
nunca antes la sensación de familiaridad
había sido tan fuerte.

Y ahí me (re)enamoré...

Pero de repente me quedé sola
vertiendo lágrimas sobre el Thámesis,
y preguntándome cuál era la razón de haber amado tanto la ciudad

Y dándome cuenta de que tu eras la única razón.

Pero quiero que sepáis que lo voy a intentar,
esa ciudad me atrapó,
y voy a intentar desentrañar el misterio
no sé cuándo,
ni cómo

Pero lo voy a hacer....

1 comentario:

Unknown dijo...

:)

very beautiful

molts petons i fins aviadet ja,no? encara que després potser tornis a marxar... ki lo sá! (toma ya XD)