Siete días y muchas horas para tan poco tiempo.
Minutos nuevos, segundos encontrados, que nunca son los mismos,
aunque el reloj siga sonando
lento
lento
y los ojos vayan más rápido que la mente, y ésta más rápido que el segundero del reloj, rápido
Empiezo a acomodarme en los rincones de este tiempo
y le dejo llegar.
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2 comentarios:
qué incendiario es el tiempo que pone sus manecillas en las pupilas de los que se dejan sorprender.
déjale llegar, es lo mejor ;)
besazo
Bueno, unos que vienen y otros que van...
Espero que nos cruzemos en el espacio autonata.
Y sino, ya sabes que aquí te espero
Besazos
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